Introducción

Hoy en día, percibimos como la ciencia progresa y junto con ella el deseo innato del hombre de crecer, alcanzar y superar a Dios. Escuchar esto es triste y a veces confuso, es algo que nos cuesta entender, ¿Cómo el hombre, la propia y perfecta creación de Dios quiere crear un mundo nuevo y lleno de seres hechos con sus propias manos? Es que a caso ¿No somos fruto de este Reino Divino? ¿No somos todos hermanos?
Analizar la velocidad de la ciencia, de la tecnología, de lo deslumbrante y de tantas cosas más, nos hacen tener muchos interrogantes, muchas confusiones, dudas y también grandes sorpresas sobre nuestros alcances egoístas de superar la propia naturaleza.
Tomar conciencia de este progreso científico es relevante, pues debemos saber que la ciencia y su desarrollo no esta en un futuro lejano, es más, camina a nuestro lado, a veces de la mano y otras con pasos mucho más acelerados. Tenemos que saber que la ética y la moral prevalecen incluso sobre el deseo insaciable de poder y control sobre nuestro entorno.